CURACIÓN
Es la desaparición de todos los síntomas de la enfermedad y de todos los accidentes perceptibles. Esto significa que fue destruida la alteración morbosa del interior del cuerpo, se desvaneció todo el cambio interno, puesto que el desequilibrio de la fuerza vital y la totalidad de los síntomas constituyen un todo inseparable. Tanto el hecho de enfermarse como el de curarse son fenómenos inmateriales, dinámicos. La curación se lleva a cabo por estímulo de la energía vital y ocurre de la misma manera que la curación natural, gracias a la Vis Medicatrix Naturae.
Si la enfermedad es reciente, la remisión se producirá en pocas horas. Si la enfermedad es crónica sucederá después de más tiempo, y por acción de varias dosis de potencias más elevadas y de uno u otro medicamento, siendo administrado sólo uno por vez, cuando el anterior haya dejado de actuar y ya no esté indicado. Cuando las enfermedades son de larga duración requieren más tiempo para su curación.
Cuando el remedio homeopático mejor elegido y administrado en la dosis conveniente, no produce mejoría, deben considerarse una o varias de estas:
- El medicamento proviene de una farmacia no confiable ( mal preparado)
- Género de vida del enfermo y de lo que lo rodea
- Régimen alimenticio inadecuado
El concepto de Curabilidad - Incurabilidad para la Homeopatía es muy diferente del aprendido en medicina clásica. Un paciente lesional grave puede ser curado, no de sus lesiones sino él mismo, al encontrar con el tratamiento, una solución a su conflicto vital profundo. Puede encontrar armonía en su relación consigo mismo y con el medio. Puede llegar incluso a realizar "los más altos fines de su existencia".
Terapeutas de enfermos terminales hacen la diferenciación: En muchas oportunidades es posible sanar al enfermo incluso sin haberse logrado la curación del cuerpo. Un paciente puede morir en paz espiritual habiendo SANADO.
Un paciente es incurable por dos razones:
Cuando tiene lesiones en todo su organismo, lesiones irreparables o cuando su energía vital está debilitada; esta debilidad puede ser congénita o adquirida.
La incurabilidad puede ser orgánica o de la energía vital.
A. Incurabilidad orgánica
B. Incurabilidad en el plano energético
A. INCURABILIDAD ORGÁNICA
Es la que concierne a una parte del sujeto. Un miembro, un órgano, una función que evoluciona dentro del plano lesional sin que sea posible que vuelva a la normalidad.
Ej.: Paciente que tiene un solo riñón.
Es la que afecta a la totalidad del organismo, o a un sistema u órgano con lesiones irreversibles. Se trata de trastornos profundos, persistentes e irreversibles pero que le permiten subsistir.
Ej.: Paciente con Cor pulmonale por EPOC
Es en la que hay una destrucción o un deterioro evidente y progresivo del individuo. La reacción de su fuerza vital es nula, no es posible estimularla. Dependiendo del grado de deterioro orgánico llegará a ser incompatible con la vida.
B. INCURABILIDAD DEL PLANO ENERGÉTICO
Son los pacientes que llegan atiborrados de medicamentos alopáticos y aunque tienen buena fuerza vital, no es posible establecer un tratamiento Homeopático mientras estén bajo los efectos farmacológicos que distorsionan el cuadro para encontrar el remedio. Debe dárseles alguna sustancia no medicinal mientras se desintoxican, para luego pasado el tiempo prudencial, iniciar el tratamiento homeopático. Debiendo ser precavidos con la supresión de ciertas drogas. Algunas serán imposibles de suspender como anticonvulsivantes, hipotensores y neurolépticos, las hormonas sustitutivas por imposibilidad funcional como la insulina, corticoides, tiroideas. Cuando el tratamiento vaya avanzando el mismo cuadro clínico nos permitirá ir bajando las dosis hasta prescindir de ellas o reducir las lo máximo posible.
Incurabilidad persistente:
Es uno de los fenómenos más comunes en el enfermo crónico. Los acontecimientos importantes, las experiencias emocionalmente perturbadoras, determinan una impresión permanente en la individualidad, desviando el camino. Sin darse cuenta la persona se va adaptando a ésta opción equivocada de pensar, sentir y obrar y si se aferra a estas falsas razones y sentimientos equivocados está en un estado de incurabilidad persistente.
Incurabilidad definitiva:
La enfermedad ha tomado lo anímico, volitivo e intelectivo, en una evolución a lo orgánico, comprometiendo irreversiblemente todo el ser, llevándolo a la muerte. Para prescribir al paciente incurable debemos tomar la totalidad sintomática y buscar el remedio más semejante. Es un error dar el parasemejante o similar como algunos autores recomiendan, diciendo que si la fuerza vital esta muy debilitada y se le da el Simillium el paciente se muere. La condición para no producir agravación es comenzar con la administración del Simillium en dinamización baja.
La totalidad sintomática de la que habla, es la totalidad presente pues el paciente es defectivo, sólo los síntomas actuales dominan el cuadro, además el,paciente se encuentra sometido a circunstancias nunca experimentadas: la ansiedad y el temor a la muerte, la conciencia de su deterioro orgánico, el dolor de su familia, etc.
Solo el Simillium aliviará las molestias y permitirá al paciente hacer lo que esté a su alcance por encontrar armonía con él y su entorno para llegar a una muerte digna.
Tomado de: DOCTRINA HOMEOPÁTICA, FUNDACIÓN INSTITUTO COLOMBIANO DE HOMEOPATÍA LUIS G. PÁEZ. pág. 360 - 2005