Paciente de 29 años, afrodescendiente, natural de Santander de Quilichao (Cauca) y procedente de Bogotá, de profesión lavador y cuidador de carros quien consulta en marzo de 1999 por epilepsia.
Refiere que desde hace varios años sufre crisis convulsivas generalizadas con caída, mordedura de lengua, bota espuma por la boca y tiene perdida de conocimiento. Cuando le dan los ataques se siente caliente, muy desesperado. Tiene crisis periódicas, cada 7 o 15 días, con varias convulsiones al día, 5 o 6. Esta en tratamiento con fenobarbital y carbamazepina.
No refiere síntomas generales característicos.
La mama le dice que cuando era niño sufrió un trauma fuerte en la cabeza porque se cayó al piso desde una mesa. Se le han tomado Rx y escanografia cerebral normales.
Dice que cuando vivía en el Valle le sacaban sangre del antebrazo y se la inyectaban en el cuello, pero esto no alivio su enfermedad.
Su padre era policía y murió estando en servicio activo cuando vivía en Medellin, desde entonces, las crisis han sido más frecuentes.
No puede dormir bien porque piensa en muchas cosas, le parece que hay una persona a su lado tratando de hacerle algo malo.
Dice que es de buen genio y buena persona cuando los demás se portan bien con él, pero si alguien se porta mal, él también y puede ser colérico y se pone furioso. No le gusta que le lleven la contraria.
TA: 140/105, FC: 68/min. Talla 180 cm. P: 76 Kg
Se observa apacible, tranquilo. Habla lentamente, como pensando las palabras o con dificultad para expresar lo que quiere. Balbucea.
Diseritmia cerebral (epilepsia) tipo gran mal.
Secuencia de crisis convulsivas
SÍNTOMAS REPERTORIZADOS: (Reperxav)
Ilusiones:cama, alguien esta en la cama con él
Ilusiones: presente, alguien esta presente
Se le dificulta hablar, lo hace con lentitud
Convulsiones conciencia, sin
Por el estudio de la materia médica se decide iniciar tratamiento homeopático, sin suspender la medicación alopática, debido al evidente deterioro mental del paciente.
Se le prescribió STRAM 0/6, tomar 20 gotas cada 7 días, previas sucuciones
1 control (varios meses después)
Me dice que ha tenido menos ataques o convulsiones, porque anteriormente eran más frecuentes y varias el mismo día. Ahora son cada dos semanas, mucho más suaves y sin perdida total del conocimiento. Última crisis hace 1 mes. En general se siente mejor.
Sigue tomando carbamazepina 800mg/día y fenobarbital 200mg/día
EF: TA: 140/100 habla despacio, lento, como pensando las palabras. Resto sin cambios.
Procurando una mejor respuesta al tratamiento se decide cambiar el medicamento a HYOS 0/6 método plus, una cucharadita al día.
El paciente ha sido inconstante en el tratamiento, las convulsiones son cada vez menos frecuentes y a veces no se presentan, solamente el aura en epigastrio.
Él afirma que desde que empezó a tomar medicamentos homeopáticos se siente mejor, se ha integrado más a la vida familiar y social.
Posteriormente se aumentó la potencia a HYOS 0/12 y 0/30 y ha pasado varios meses sin crisis. Por eso se pudo disminuir la dosis de anticonvulsivantes y el neurólogo le cambio el tratamiento a fenobarbital y epamin.
Tomado de: DOCTRINA HOMEOPÁTICA - FUNDACIÓN INSTITUTO COLOMBIANO DE HOMEOPATÍA LUIS G. PÁEZ
Las fuerzas hostiles, en parte psíquicas y en parte físicas, a las que esta expuesta nuestra existencia y a la que se denomina agentes morbíficos nocivos, no tienen el poder de perturbar incondicionalmente la salud del hombre pero su agresión nos enferma cuando nuestro organismo se ha vuelto susceptible al ataque de alguna causa morbífica presente, en cuyo caso la salud puede resultar deteriorada y es posible experimentar sensaciones anormales; por ello es que tales fuerzas no siempre enferman, ni a todos.
Cuando ya se tiene experiencia, se conoce la materia médica, se han repertorizado muchos casos, se conoce la "esencia" de los medicamentos, así como la esencia del enfermo y el arte médico es mayor, es posible llegar a la prescripción sin necesidad de repertorizar todos los casos, sobretodo cuando estos son claros y sencillos. Aún así, es mejor y recomendable no abandonar nunca la sana y loable costumbre de repertorizar, porque siempre nos llevamos sorpresas, ya que es casi imposible que alguien sea capaz de memorizar todos los medicamentos existentes y todos los síntomas de cada uno de ellos. Muchas veces el caso parece ser muy claro y prescribimos sin verificar los síntomas en el repertorio ni en la materia médica. Cuando tenemos tiempo de revisar el caso y repertorizarlo, encontramos medicamentos menores y aún policrestos que cumplen mejor con las semejanzas entre los síntomas del enfermo y el remedio. En esos casos tendremos que esperar la acción de ese medicamento mal escogido porque no es el más semejante, para considerar la posibilidad de administrar el verdadero, y es posible, que en la visita de control, encontremos que hubo agravaciones o que el cuadro cambió complicándose y haciendo más difícil el seguimiento del caso.