Dado que toda enfermedad (fuera del dominio quirúrgico) consiste solamente en una alteración dinámica, mórbida y especial de nuestra energía vital (el principio de la vida) manifestada en la sensación y en el funcionamiento, así en toda cura homeopática este principio de la vida, alterado dinámicamente por una enfermedad natural, es rescatado administrando una potencia medicinal, seleccionada exactamente de acuerdo a la similitud de sus síntomas, que ocasiona la manifestación de otra enfermedad, ésta similar y algo más fuerte; por ello cesa y desaparece la sensación correspondiente a la manifestación de la enfermedad dinámica natural (más débil). Tal manifestación de la enfermedad se extingue puesto que el principio de la vida ahora ha sido captado y es gobernado, unicamente, por la manifestación de la enfermedad artificial, que es más fuerte. Esta manifestación de la enfermedad artificial pronto agota sus fuerzas y deja al paciente curado, libre de enfermedad. la energía vital ("dynamis") liberada de este modo, puede ahora regir a la vida en salud. Tal proceso, altamente probable, descansa en las proposiciones que siguen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario