La técnica y la experiencia Homeopática nos lleva sin forzamientos a ir desentramando ese complejo miasmático que sirve de matriz al ocultamiento que desequilibra la fuerza vital y la hace expresar a través del fenómeno de los síntomas.
El supuesto de una verdad emocional que se esconde detrás de las distorsiones miasmáticas que nos demoran su revelación, hace que debamos valernos de lo periférico, es decir los signos, indicios o huellas de un hecho o fenómeno que nos permitan revelar la verdad que yace tras las apariencias.
Si logramos conocerla, estaremos cerca de los deseos, los pensamientos, el placer y el dolor, y se verbalizarán los sentimientos que nos acercan a lo que debe ser curado en la profundidad de cada caso individual.
La especial relación médico paciente que se da en nuestra consulta homeopática, debe ser cuidada al máximo, ya que es ella la que permite la exteriorización de lo íntimo, de lo privado, lo que toma estado público sin forzamiento ni coacción, casi como un devenir natural no censurado; que alivia al paciente al sentirse comprendido y ayudado en un camino de liberación.
Ya en esta instancia, aún antes de la prescripción, podemos decir que se ha establecido una corriente terapéutica positiva, que hará que nuestra medicación este facilitada.
Muchos pacientes dicen aún antes de la prescripción, que ya se sienten mejor. Seguramente el medicamento que le demos sumara un cuantum de confianza al proceso curativo.
Muchas veces el medicamento similar, dado en el contexto de una buena relación médico-paciente, logra avances terapéuticos indudables, a pesar de no ser el Simillium. Esto no es sugestión, sino reacción positiva, que evita colocar al médico Homeópata, como a veces sucede cuando la relación no es buena, en un obstáculo mas a la curación aún con el medicamento bien indicado.
Las palabras tienen un significado en la lengua que las contiene, pero hay un uso dado por el habla, que hace que cambie el significante, si decimos que el paciente "se somete al interrogatorio" , esto da la pauta de un lugar profesional de supuesto saber autoritario. Considero para una mejor relación médico-paciente, la horizontalidad de la consulta, donde el médico Homeópata no interroga, sino que indaga en el sentido de intentar averiguar, es decir inquirir discurriendo con preguntas, en el contexto que el paciente le da a su relato, aquello que complete la modalidad del síntoma apelando a la subjetividad del relator.
La indagación es el procedimiento racional que emplea el médico como técnica para el hallazgo de la subjetividad modalizadora que de singularidad a la historia del sujeto.
Cuando ésta es mesurada, se produce sin forzamiento el emerger sintomatológico, como fenómeno testimonial del ocultamiento miasmático.
El miasma en actividad usura el libre albedrío de la fuerza vital, la condiciona en la disarmonía. Su única expresión como señal de alarma es la sintomatología, fenómeno por el cual podemos detectar su desequilibrio, aún antes de la manifestación patológica orgánica. No porque ésta se produzca a posteriori de la manifestación sintomatológica psíquica, sabemos que cuando se produce el desequilibrio éste es global, diciéndolo de una manera didáctica, psicofísico, sino que al ser el sistema nervioso mas sensible, por ende es mas dinámico y se expresa primero. esta es la razón del porqué hacer una consulta precoz, antes del diagnóstico clínico orgánico, donde el proceso curativo en el plano dinámico tiene las mayores posibilidades de éxito.
En forma casi axiomática decimos que no existe Homeopatía sin subjetividad, que no podríamos prescribir por lo objetivo, ya que éste es el idioma de lo orgánico, de lo que se construyó para darle nombre y norma a las manifestaciones, pero sin especificidad de singularidad.
Cefalea es un modo de nombrar al dolor de cabeza específicamente, pero si decimos cefalea por escribir, de tipo martillante, acentuada por el esfuerzo mental y por mirar fijo, que aparece periódicamente y mejora por la presión externa, le estamos dando cualidades que la individualizan y que por ende tienen especificidad de persona.
Esta especificidad esta dada por la subjetividad, sería como la huella digital de quien la porta y es la que nos conduce a la semejanza patogenética.
La subjetividad es un componente constitutivo de las condiciones del ser, es la posibilidad existencial que ha permitido al hombre transformarse en sujeto. A mayor autoconocimiento, mayor es el recorte del sujeto y mas nítido su proceso de individualización.
La subjetividad no es proporcional a la elaboración intelectual de la persona, sino que tiene que ver con la introspección, la noción de si mismo, el autoconocimiento, es decir el examen de sí, que lleva a formar una conciencia de sí.
El médico Homeópata trabaja con la conciencia del paciente. A mayor subjetividad, mayor modalización de las penas, culpas, ansiedades, decepciones, deseos, aversiones, tos, disnea, dolores y todo lo que pueda contribuir a dar peculiaridad a los síntomas.
La historia clínica homeopática, por el hecho de basarse en los indicios subjetivos, a los ojos del modelo médico hegemónico significaría la insurrección del saber establecido, ya que apela a lo discontinuo, descalificado, no legitimado, apartándose del orden sistematizado de la ciencia dura, es decir un poder detentado por pocos.
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