Es solamente la energía Vital afectada mórbidamente, lo que produce a la enfermedad, de modo que los fenómenos mórbidos perceptibles a nuestros sentidos expresan simultáneamente todo el cambio interno, es decir la totalidad de la perturbación morbosa de la energía ( "dynamis") interna; en una palabra, ellos revelan íntegramente a la enfermedad y también la desaparición por obra del tratamiento de todos los fenómenos mórbidos y de todas las alteraciones vitales saludables, por cierto que involucra a la fuerza vital y necesariamente implica su restauración en su integridad y en consecuencia de la salud, que ha sido recobrada por el organismo.
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